"En el diseño del Reloj de la Ciudad Universitaria de Caracas yo respeté, porque no quiero ser injusto, el volumen diseñado por Villanueva; era el mismo reloj, con la diferencia en las piernas que eran tres. Yo no cambié nada de lo que él quería. Vi el dibujo y le dije, Tigre (porque así le decía) yo lo veo bien pero me parece una tontería hacerlo así. Esto hay que hacerlo más puro. ¿Y que llamas tu más puro?, me dijo Villanueva. Entonces hice esto, recuerdo como hasta ahora: Cogí su plano, un escalímetro, una regla de cálculo, tres lápices y les saque punta por ambos lados. Villanueva me dijo: ¿Que vas a hacer? Cogí dos cartones, medí la escala en el plano, tomé la regla de cálculo y obtuve los tres puntos de un triángulo equilátero. Colocando este cálculo sobre los dos cartones, tome un compás de punta seca y puyé los cartones sobre los tres puntos del triángulo. Tomando un cartón inserté los tres lápices y luego tomé el otro cartón para hacer los mismo hacia el otro extremo de los lápices y le dije: Tigre, ¿cómo te suena? Villanueva respondió: ¡Carajo, si esto es lo que yo quiero! Bueno, está bien, vamos a hacerlo así. Yo le dije que eso tiene la ventaja de que esta columna es pura y se la postenso, eso no necesita nada, entonces le ponemos las riostricas como usted quiere que se vean. ¡Ese es el Reloj de la Ciudad Universitaria!".
Fuente: Entrevista realizada por Silvia Hernández de Lasala al Ingeniero Juan Otaola, el 27 de enero de 1993, Caracas. Disponible en el Centro de Documentación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.
martes, 27 de enero de 2009
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4 comentarios:
La intrahistoria es una maravilla y esa anécdota me parece excelente. Más a escasos dos meses de haber estado allí tomando una chicha clásica antes del acto académico donde nos dieron a mas de 300 ucevistas nuestro botón cincuentenario. Gracias. Beatriz Briceño Picón
Muchas gracias a Ud., Beatriz, por su visita al blog y su gentil comentario.
Gracias
Mil gracias
Muchas gracias a tí, Alba, por tu visita al blog, estamos a tus gratas órdenes. Un abrazo.
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